La luz y el túnel

 

 

El pasado 15 de febrero recibimos, todos, una excelente noticia. A pausas, de manera insuficiente en esta primera etapa, pero como una realidad, llegó la vacuna anti COVID-19 a la región.

 

En Atlacomulco, aplicada a sólo 100 adultos mayores durante ese día, y con la evidente falta de organización que todo proceso nuevo conlleva, tuvimos una de las experiencias que mejor ilustran estos tiempos.

 

Angustia, desesperación, desinformación, opacidad, egoísmo, miedo, confusión, suspicacia, y muchos sentimientos más se conjuntaron en un espacio tan pequeño como lo es la Alameda Central.  Pequeñísima muestra de la humanidad que somos, con toda suerte de virtudes y defectos.

 

Por supuesto, no es para menos. A todos nos ha tocado el fenómeno de la pandemia. Un vecino, un hermano, un amigo o nosotros mismos hemos tenido un caso que nos mostró lo débiles que somos ante la naturaleza, y lo mucho que nos falta por entender sobre este proceso.

 

Como quiera que sea, en este túnel que transitamos desde hace casi un año –fue el 17 de marzo del 2020 cuando todo cambió- vemos una luz pequeñita. Insuficiente para alumbrarnos a todos. Pero es una luz que nos da esperanza.

 

Y a esta altura de la vida, vale mucho más de lo que todos imaginábamos.

 

AHÍ VIENE EL DESEMPLEO

 

Cierren los ojos e imaginen esto: son militantes de un partido político –el que quieran- y en este instante se encuentran luchando por alguno de los lugares que van a repartirse en la planillas a competir. 

 

¿Les tocará algo? 

 

Pues esas angustias están viviendo, justo en este momento, miles de personas en todo el Estado de México. Bonito infierno que, como premio a los ganadores, trae el cielo de vivir con cargo al erario público.

 

En tiempos más felices, quienes estaban en la planilla del PRI sabían que entrarían por completo a un puesto como síndico o regidor. Nada de zozobra. Nada de inquietud por no alcanzar espacio dentro del gobierno municipal.

 

Pero las fórmulas se gastan y los tiempos mutan. 

 

Hoy, con la pérdida de identidad en el PRI, PAN y PRD, habrá que ver cómo es que se reparten los espacios al interior de esa fórmula que –no sin cierta sorna- llamaron “Va por el Estado México”.

 

Y es que, tal como se dio a conocer, en la integración de la planilla electoral que compita dentro de Atlacomulco se repartirán los puestos del siguiente modo: PRI, presidencia, regidurías segunda y cuarta; PAN sindicatura y primera regiduría; mientras que al PRD sólo le correspondería la tercera regiduría. 

 

Por un camino similar van Morena-PT-Nueva Alianza, quienes tendrán que repartirse posiciones de esta forma: presidencia, sindicatura, primera y segunda regidurías para PT; tercer y cuarta regidurías para Morena. Nueva Alianza sólo los verá pasar. Por todo ello es que quienes piensan integrar la coalición “Juntos Hacemos Historia” también deben pensar en la forma de evadir el desempleo político que se cierne sobre todos. 

 

De este modo, vamos por partes. 

 

En “Va por el Estado de México”, quien lleva la voz cantante en Atlacomulco, es el PRI. Dentro de “Juntos Hacemos Historia” es el Partido del Trabajo el que tiene preferencia a la hora de designar a su candidata o candidato. 

 

Eso, al menos ya de entrada, quiere decir que Morena, PAN y PRD tendrán que conformarse con lo que les dejen. Una suerte de migajas políticas nada despreciables, por supuesto.

 

¿Cómo es que estos partidos definirán a sus representantes dentro del Cabildo? Digo, porque cualquier aspirante a presidente puede gritonear –nunca mejor definición de la forma en que quieren llamar la atención- que tiene tantos seguidores y tantos apoyos en distintos sitios del municipio.

 

Pero, ¿un aspirante a síndico o a regidor que, además, ya no sólo tiene que competir con los correligionarios de su partido, sino que ahora también lo debe hacer en contra de sus colegas de coalición?

 

Ah, esas crueldades de la vida política…

 

Imagino – a veces tengo ideas-, que para el PRD de Atlacomulco no existirá mayor problema. Es un partido de segunda categoría. Nunca ha desarrollado una base extensa o una militancia fiel. Para él, alguna dirección o coordinación dentro del ayuntamiento será un premio de consolación. Lo que le caiga será bueno, porque no tiene modo de pedir más.

 

¿Pero Morena? ¿Y el PAN?  ¿Cómo manejarán esta realidad? Tienen su orgullo; ¿lo ocultarán bajo la alfombra en aras del 6 de junio?

 

Ya en los días pasados vimos rebeliones en ciernes y amagos de salidas en el PRI, mientras que, con mayor secrecía, también se habla de ello en Morena. Eso era fácil de adivinar, además, habida cuenta de tanto y tanto desenfreno a la hora de querer aparecer en las boletas. Pero, ¿quienes aspiran a una regiduría o sindicatura harán lo mismo? ¿Tendrán el mismo impacto? ¿Qué tan respaldados se sentirán a la hora de exigir que los tomen en cuenta?

 

A este proceso electoral que se nos viene encima, se le ha llamado “el más grande de la historia”. Veremos si es grande en cuanto a números y participación, o también en gritoneo, berrinches, puñaladas por la espalda y mucho, pero mucho miedo a terminar en el desempleo político.

 

A propósito: … Y, teniendo en cuenta que hay un aspirante a candidato independiente en Atlacomulco, ¿qué pasará si reúne todo el apoyo ciudadano que necesita?,  ¿cómo se repartirán los puestos para regidores y síndico? ¿cuáles serán los factores a evaluar?  

UNA TRAGEDIA ANUNCIADA

Para las víctimas del COVID-19

 

 

La idea: Desde que inició la pandemia del COVID-19 hubo señales ominosas de que a nuestro país no le iría bien. Un año y alrededor de 200 mil muertos después, las sospechas se confirman. Pero lo peor no ha pasado aún. ¿Qué no será posible que como sociedad seamos capaces de responder mejor a esta tragedia ante lo que aún falta por venir?

 

Para saber si se está haciendo algo bien, la manera más sencilla de comprobarlo es ver los resultados. El número de muertos por COVID-19 que en unas semanas más alcanzará el cuarto de millón y el decrecimiento tan pronunciado de la economía (PIB= -8.5% en 2020) nos muestran que los resultados del combate a la pandemia no han sido buenos. 

 

Si desde el principio se hubiera decidido minimizar el número de fallecidos y mantener la economía funcionando, las acciones a realizar hubieran sido muy diferentes a las que se llevaron a cabo y que aún se siguen aplicando. 

 

En países con estrategias exitosas de contención, los gobiernos se fijaron como objetivo el reducir el número de contagiados para con ello, reducir el número de personas que necesitaban atención hospitalaria y, por lo tanto, el número de decesos, evitando, además, el cierre de actividades económicas.  

 

En estos países se logró contener la pandemia con medidas drásticas pero selectivas de aislamiento, con aplicación masiva de pruebas, con seguimiento y aislamiento de contagiados, etc... Aquí se escatimaron esas medidas, incluso las más sencillas, como el uso de cubrebocas.

 

De acuerdo con el reciente libro de la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie “Un Daño Irreparable”, (https://www.planetadelibros.com.mx/autor/laurie-ann-ximenez-fyvie/000054490 ) la estrategia en nuestro país no fue reducir contagios sino buscar una inmunidad de “rebaño” sin vacunas, es decir, propiciando que se enferme el mayor número posible de personas para alcanzar “inmunidad” de esa manera. 

 

Dado que no hay medicinas que curen el COVID-19, esta estrategia forzosamente tendría como daño colateral millones de muertes de acuerdo con las cifras de letalidad de la enfermedad y millones de sobrevivientes tendrían secuelas de por vida. 

 

Además, esta estrategia tampoco considera que cada muerto, cada enfermo, cada sobreviviente que tendrá que luchar con secuelas el resto de su vida, representa una tragedia de carácter personal para los enfermos y sus familias, lo cual ocasiona un daño moral enorme.  

 

Los errores y acciones mal intencionadas en el manejo de la pandemia las exhibe la Dra. Ximénez en su libro. Algunas de ellas son: a) No se aplicaron medidas de contención.  b) las cifras no son confiables. Existe un enorme subregistro por falta de pruebas y otros factores. c) Las autoridades han mandado mensajes contradictorios. d) No hay medicinas ni oxígeno suficiente. e) Los trabajadores de la salud no tienen protección adecuada lo que ha ocasionado que en México sea el país donde más personal de salud ha fallecido. f) Se ha producido una crisis económica sin precedentes recientes, que ha exacerbado la pandemia al tener que salir a trabajar las personas, quienes se ven en el dilema de comer o arriesgarse a contraer la enfermedad, etc.… 

 

No todo ha sido negativo. Tenemos, por ejemplo, la actuación heroica del personal de hospitales públicos y privados, de innumerables doctores que en su consulta particular han ayudado a sus pacientes, de camilleros y operadores de ambulancias y de todos aquellos quienes han estado en la primera línea de atención a enfermos sin protección ni insumos adecuados. O bien, el enorme esfuerzo de cientos de miles de familias que atienden sin ayuda de las instituciones de salud, a sus enfermos, batallando para conseguir oxígeno y medicinas, peleando por una cama de hospital, suplicando por servicios funerarios y hasta por actas de defunción. 

 

También la actuación de algunos gobernadores, como la jefe de gobierno de la CDMX que, aunque tarde y tibiamente, han tratado de tomar medidas más eficaces que las que ha dictado el gobierno federal. Asimismo, la labor de la Secretaría de Relaciones Exteriores para conseguir ventiladores, insumos básicos y, recientemente, vacunas. Falta que la adquisición y distribución de las vacunas por parte del sector salud se materialice y sea eficaz, aunque ya se empezaron a ver muchas carencias y prioridades distorsionadas en su aplicación.

 

La sociedad debe participar, desde evitando aglomeraciones en lugares cerrados, usar siempre el cubrebocas, impulsar que se quiten las trabas para que el sector privado, a través de sus hospitales y recursos apoyen la lucha contra la enfermedad, hasta pedir que se cambie la estrategia de atención a la pandemia, la cual ha traído un daño colateral enorme en vidas humanas y sufrimiento.  

 

Ante gobiernos que se han visto rebasados, la sociedad debe movilizarse para tomar el control de la atención a la pandemia y tratar de detener la peor tragedia, medida en número de muertes, que ha sucedido en nuestro país en los últimos cien años.

 

ASPECTOS RELEVANTES DEL ÍNDICE DE PERCEPCIÓN DE LA CORRUPCIÓN 2020

 

A finales del mes de enero del año en curso, Transparencia Internacional publicó el Índice de Percepción de la Corrupción 2020, mismo que se valora de particular relevancia, a partir de los siguientes considerandos:

  • El informe se presenta asociando su análisis a los impactos de la pandemia del COVID-19 generados a nivel mundial, escenario en el que nuestro país destaca por el volumen de contagios y decesos.
  • La corrupción se presenta como un cáncer social a nivel mundial, que socava los procesos de desarrollo de las naciones y en cuyo combate no se está avanzando.
  • El combate a la corrupción es el principal estandarte del gobierno de la Cuarta Transformación.
  • El informe resulta un documento coyuntural, en el marco del debate respecto al proyecto de “reforma administrativa para que organismos autónomos, como el IFT, INAI, SIPINNA, pasen a ser parte de secretarías y dependencias del gobierno federal”, o peor aún, desaparezcan. 

 

Empecemos por enunciar que Transparencia Internacional es un movimiento global con la siguiente visión: un mundo libre de corrupción en los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y la vida cotidiana de los ciudadanos. A través de sus más de cien capítulos en todo el mundo y su secretariado internacional en Berlín, la organización lidera el movimiento anticorrupción con el objetivo de hacer realidad esta visión.

 

El índice evalúa la percepción del nivel de corrupción del sector público en 180 países o territorios de todo el mundo según expertos y empresarios. La escala empleada es de cero a cien, donde el cero corresponde a corrupción elevada y, el cien, a corrupción inexistente.

 

En 2020, el Índice de Percepción de la Corrupción dibuja un panorama sombrío. La mayoría de los países evaluados no ha registrado ningún avance en la lucha contra la corrupción y más de dos tercios puntúan por debajo de 50. El análisis de Transparencia Internacional indica que la corrupción no solo socava la respuesta sanitaria global al COVID-19, sino que también contribuye a mantener la democracia -como sistema de gobierno- en un estado de crisis permanente.

 

El reporte destaca que como en años anteriores, más de dos tercios de los países evaluados, alcanzan una puntuación inferior a 50, con una media mundial de 43 puntos. Los datos indican que, aunque se han producido ciertos avances, la mayoría de los países continúa sin combatir con eficacia la corrupción en el sector público.

 

Señala también que casi la mitad de los países no solo obtienen puntuaciones bajas, sino que llevan cerca de una década estancados en el mismo nivel del índice, no habiendo logrado ningún avance significativo en su puntuación.

 

Enfatiza que la corrupción socava la posibilidad de actuar dando respuesta asertiva frente al COVID-19 y otras crisis, resaltando la importancia de la transparencia y medidas anticorrupción en situaciones de emergencia.

 

Subraya que la corrupción es una de las barreras clave para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y para superar la pandemia del COVID-19, que este flagelo está dificultando aún más esta tarea. Que la corrupción intensifica el impacto de cualquier crisis.

 

El Índice de Percepción de la Corrupción 2020 indica que la corrupción está más extendida en los países peor equipados para hacer frente a crisis globales como la pandemia del COVID-19.

 

Nuestro país registro 31 puntos en 2020 y se ubicó en el lugar 124 entre los 180 países estudiados, un par de datos a destacar es que de 2018 -

cierre de la administración peñista- a 2020 -segundo año de gobierno de López Obrador-, México avanzó 14 posiciones -del lugar 138 al 124-, el otro que, a pesar de ello, ocupa el último lugar entre las 37 naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

 

En entrevista Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, reconoció que el avance en la posición del índice es importante pero no suficiente, lo anterior a partir de considerar que, en el rubro de contratación de bienes y servicios, el gobierno federal registra una acentuada opacidad.

 

Destacó también que, en materia de impartición de justicia a los servidores públicos acusados de corrupción, existe una diferencia entre abrir una carpeta de investigación y emitir una sentencia judicial, y más aún, en recuperar a las arcas públicas los recursos mal habidos. En su opinión lo que se ha hecho hasta el momento, son operaciones políticas más que acciones de justicia. Esta misma percepción permea en diversos sectores de la sociedad mexicana, casos y más casos de corrupción salen a la luz pública, sin que se concreten sentencias judiciales que los sancionen.

 

Transparencia Internacional señala en el informe que para luchar contra el COVID-19 y mitigar la corrupción, es esencial que los estados se comprometan a:

 

1. REFORZAR LOS ORGANISMOS DE SUPERVISIÓN

La acción contra el COVID-19 ha expuesto los puntos débiles de una supervisión endeble y una transparencia insuficiente. Para lograr que los recursos lleguen a la población más necesitada sin peligro de robo por personas corruptas, las instituciones anticorrupción y los organismos de supervisión deberán contar con fondos, recursos e independencia suficientes para cumplir su cometido. 

 

2. PROCESOS DE CONTRATACIÓN ABIERTOS Y TRANSPARENTES

Muchos gobiernos han relajado drásticamente sus procesos de contratación, con procedimientos precipitados y opacos que presentan grandes oportunidades para la corrupción y el desvío de recursos públicos. Los procesos de contratación deben mantenerse abiertos y transparentes a fin de combatir irregularidades, identificar conflictos de interés y garantizar precios justos.

 

3. DEFENDER LA DEMOCRACIA Y FOMENTAR EL ESPACIO PÚBLICO

La crisis del COVID-19 ha exacerbado el debilitamiento de la democracia. Algunos gobiernos han aprovechado la pandemia para suspender parlamentos, dar la espalda a los mecanismos de rendición de cuentas públicas e instigar la violencia contra los disidentes. La defensa del espacio público requiere que los colectivos de la sociedad civil y los medios de comunicación estén en condiciones de pedir cuentas a los gobiernos.

 

4. PUBLICAR DATOS PERTINENTES Y ACCESIBLES

La publicación de datos desglosados sobre gastos y distribución de recursos es especialmente relevante en situaciones de emergencia, ya que permite actuar con políticas justas y equitativas. Asimismo, los gobiernos deben proporcionar a la población información sencilla, accesible, oportuna y pertinente, garantizando el derecho a la información.

 

La lucha contra la pandemia del COVID-19, no debe ser aprovechada por ninguna de las instancias de gobierno en nuestro país, para incurrir en sesgos y opacidad en la aplicación de los recursos públicos, por el contrario, la emergencia sanitaria debe ser utilizada como un área de oportunidad para una gestión de gobierno caracterizada por la probidad, la eficiencia y la transparencia. Por lo que respecta al castigo a los casos de corrupción de exfuncionarios públicos, ésta sigue siendo una asignatura pendiente.

ÚLTIMA LLAMADA

 

“La mentira es más cómoda que la duda,  más útil que el amor,  más  perdurable que la verdad”.

Gabriel García Márquez,en “El otoño del patriarca”

 

 

En mis 60 años, he vivido bajo el mandato de 11 presidentes de la República.  He acudido a las urnas en 7 elecciones presidenciales, sin fallar a ninguna.  Sólo en tres ocasiones he votado por el candidato ganador.  Sin embargo, siempre he reconocido la legitimidad del jefe del Ejecutivo Federal y lo he visto no sólo como una persona, sino como una institución. 

 

He criticado la tibieza de De La Madrid, los abusos de Salinas, la falta de empatía de Zedillo, la verborrea incontenible de Fox, el comportamiento visceral de Calderón y la corrupción e ignorancia de Peña.  Aún así, siempre los consideré mis presidentes porque, bien, regular o mal, gobernaron para todo México e intentaron –con sus muchos “asegunes”- darle dignidad a la investidura presidencial y entregar un país en mejores condiciones del que recibieron.

 

Los recientes dos años, he intentado mantenerme en la misma posición: reconocer a López Obrador como mi presidente.  Su legitimidad en el puesto está más allá de cualquier duda; las razones de quienes por él votaron, completamente explicables.  Pero el presidente se empeña, cada día, en dividir al pueblo y gobernar sólo para sus aplaudidores, para quienes no cuestionan sus discutibles procedimientos, para quienes no quieren ver el terrible fracaso que han sido estos primeros 26 meses de la llamada “Cuarta transformación”.

 

AMLO ha superado a Salinas en cuanto al desprecio por la oposición.  El de Agualeguas decía “ni los veo, ni los oigo”, cuando se refería a la tenaz izquierda mexicana, llegando al extremo de auspiciar la creación de su propio partido de “izquierda”, el PT.  El tabasqueño no desprecia a la oposición; la odia, la difama y la ataca desde cada púlpito al que tiene acceso, sin importar si habla falsedades o transgrede las leyes mexicanas que juró hacer guardar.   Y no se conforma con tener un partido palero; tiene 5, además de MORENA.  Paradójicamente uno de ellos –el más abyecto y extremo- es el PT de Salinas de Gortari.

 

¿Cómo hago entonces para ver en el hombre que ocupa el Palacio Nacional al líder de éste, mi país, de ésta, mi adolorida Patria?

 

En las dos semanas que AMLO estuvo ausente, enfermo de COVID, yo estaba seguro de que volvería a la palestra con una actitud más sosegada, menos beligerante, más solidaria.  Pero ha sido todo lo contrario: López Obrador no puede vencer la semilla de odio y frustración que germinó en él durante décadas, en que se presentó tras la máscara de “luchador social”; los resentimientos hacia quienes considera sus adversarios (reales e imaginarios) no se han mitigado con su acceso al poder; nunca ha logrado ser generoso en la victoria, lo que cualquier bien nacido asume como un principio elemental.  

 

El presidente de México está gravemente enfermo; su mal se llama rencor y este padecimiento del alma convierte la tenacidad en obsesión; a la convicción, en imposición de ideas; al debate, en monólogo de sordo; justificando sus evidentes limitaciones culpando de todo a sus enemigos y a sus antecesores.  

 

López Obrador miente con un descaro y una frecuencia (calcula Luis Estrada  que AMLO expresa diariamente  “12 promesas, 6 compromisos, 51 datos sin comprobación y 4 falsedades,  lo que da un total de 73 afirmaciones inciertas en promedio  por conferencia mañanera”) que me lleva a considerar la posibilidad de que sufra mitomanía, que es un mal consistente en la “tendencia o inclinación patológica a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho. El enfermo de mitomanía puede llegar a identificarse con personajes famosos de la historia y creerse uno de ellos”.

 

¿Hasta dónde será capaz de llegar AMLO para perpetuarse en el poder?  Él tiene todos los rasgos de personalidad para convertirse en un dictador, incluyendo su enorme miseria humana, exacerbada por la ambiciosa pseudointelectual que ejerce de su esposa; la sociedad mexicana, empobrecida, desesperada, enfrentada, es un excelente caldo de cultivo para el surgimiento de esa figura.   

 

El “ogro filantrópico”, como llamó Octavio Paz al Estado crecido desmedidamente, está por llegar a su máximo nivel histórico, ávido por captar a cualquier precio, con cualquier argumento, sin reflexiones éticas, la mayor cantidad de votos para el partido oficial y sus satélites.

 

El próximo seis de junio será, quizá, la última oportunidad en décadas para darle una vuelta a lo que parece un destino irremisible hacia el precipicio.  Si bien la oposición está actuando con una estrategia extraña que parece basarse en la amnesia ciudadana, es de momento el único clavo ardiente al que asirse para no entregarle a López Obrador el control absoluto del aparato del Estado, que él está empeñado en desmantelar.

¿Lo vamos a permitir?

 

Guadalajara, Jalisco, Febrero 11, 2021.