QUE HACE UNAS semanas estuvo en Atlacomulco la presidenta del CDE del PRI mexiquense, la cuautitlantense Alejandra del Moral. Que se reunió con los que aspiran a un puesto de elección popular en los comicios del próximo año. Que estuvieron Gustavo Cárdenas de Jocotitlán que anda en busca de la nominación como candidato a diputado federal por el Distrito 03 con cabecera en la tierra de Fabela. Que en busca de la alcaldía de Atlacomulco estuvieron presentes Patricia Garduño, Francisco Pascual, Rigoberto López, Eblem Israde, Héctor Cárdenas, Cecilio Nicolás y Noé Becerril. 

 

QUE EN DICHA REUNIÓN Del Moral dejo muy en claro que los próximos abanderados del tricolor deberán ser “mujeres y hombres que sumen y multipliquen esfuerzos, que unan, que incluyan, que concilien, que estén identificados en los seccionales, en las calles, en las colonias y en las comunidades.” Que en ningún momento del mensaje mencionó que iban a tomar en cuenta a todos aquellos hombres y mujeres que tuvieran más likes en redes sociales, con sus fotos mamertas y reflexiones cursis o que aparecieran en encuestas piteras. ¿Cómo la ve?

 

QUE POR CIERTO en esa reunión hizo uso de la palabra Gustavo Cárdenas Monroy, en su mensaje fue muy claro el ex diputado y funcionario federal, al enfatizar que en la elección del 2021 Atlacomulco como municipio y como Distrito electoral, se tiene que recuperar ¡SÍ O SÍ! por todo lo que representa para el PRI a nivel regional, estatal y nacional. Que ya se verá cuando el tricolor elija a sus candidatos qué tan en serio se tomaron las palabras del jocotitlense.

 

QUE POR CIERTO quienes también tuvieron su encerrona, apenas con unos días de diferencia de los priistas, fueron los aspirantes de MoReNa. Que se sentaron a la mesa Nicolás Martínez, Laura Félix, Adrián González, Flavio Cruz, Fernando Correa y César Hernández; el gran ausente Roberto Téllez. Que ahí todos pusieron sus canicas llegando a la conclusión de que si por cuestión de genero toca mujer iría la regidora Félix, en cambio si toca hombre, el elegido sería Nicolás Martínez para pelearle la candidatura al alcalde Téllez Monroy. ¿Cómo la ve? 

 

QUE A ALGUNOS diputados de la Legislatura mexiquense les encanta lanzar exhortos a diestra y siniestra para jalar reflectores o llamar la atención. Que casi siempre éstos se dan en época electoral ¿por qué será? Que uno de estos diputados es Max Correa quien lanzó un “llamado a misa” para que el Gobierno del Estado de México haga lo conducente para liberar la autopista Atlacomulco-Toluca retirando las casetas y con ello dejar los dos cuerpos de la vía libre, uno de ellos es la famosa Panamericana. 

 

QUE DESDE 1997 diputados, líderes y buscadores de chamba política, han usufructuado la Carretera Panamericana. Que por ello esta columna puede afirmar que a los que menos les interesa que los dos cuerpos de la autopista Atlacomulco-Toluca se liberen es a esos políticos oportunistas que cada tres años lucran políticamente con esa vía, engatusando a los habitantes de la región. ¿Cómo la ve?

 

QUE OTRA “LLAMADA A MISA” que lanzó la Cámara de Diputados local fue a los titulares de las secretarías General de Gobierno y de Seguridad del Gobierno del Estado, así como a las y los presidentes municipales de los 125 ayuntamientos del Estado de México. Que este exhorto se hace para que, en el ámbito de sus competencias, garanticen el DERECHO AL LIBRE TRÁNSITO y capaciten a los elementos de seguridad a su cargo, con el objetivo de que éstos conozcan claramente los supuestos que les permite la ley para realizar controles preventivos provisionales denominados “retenes”. 

 

QUE LA IDEA ES que se abstengan de realizarlos cuando NO HAYA CAUSA que los JUSTIFIQUE a fin de evitar ABUSOS DE AUTORIDAD y ACTOS DE CORRUPCIÓN a los CIUDADANOS MEXIQUENSES (dejan fuera de este exhorto a los NO mexiquenses, o sea que los automovilistas que van de paso por territorio atlacomulquense ya se fregaron, a ellos los seguirán pasando por la báscula). Que en caso de que exista un abuso de autoridad y/o extorsión, se deberán emplear las sanciones correspondientes conforme a la normatividad aplicable. 

 

QUE ESTE EXHORTO se lo pasaron por el Arco del Triunfo los elementos de la Policía Estatal destacada en la región de Atlacomulco; ellos siguen en lo suyo. Que ya son legendarios los retenes en los accesos al municipio de Atlacomulco, ubicados en las intersecciones de la autopista Toluca-Atlacomulco con el libramiento Jorge Jiménez Cantú, en la Panamericana con el Arco Norte, así como en la carretera Atlacomulco-El Oro en la comunidad de Cuendó, y en la Atlacomulco-Santiago Acutzilapan. ¿Cómo la ve?

 

QUE CUANDO se esté leyendo esta columna los 125 alcaldes mexiquenses estarán rindiendo su segundo y penúltimo informe de gobierno. Que entre otras cosas, se deberá estar muy al pendiente del mensaje que manden con vistas a la elección del año que entra. Que para ésta sólo faltan poco más de seis meses. Que viene a colación lo del “mensaje” por aquello de que hay algunos alcaldes que se dice buscarán la reelección o la diputación local. Que en la lista de la reelección están Roberto Téllez (Atlacomulco), Marco Barranco (El Oro), Juan de la Cruz (Temascalcingo), Esperanza González (Acambay) y Alejandro Tenorio (San Felipe del Progreso). Que en busca de la diputación local están en la lista Iván Esquer (Jocotitlán), Juan de la Cruz (Temascalcingo), Mariol González (Jiquipilco) y Marco Barranco (El Oro). 

 

El aplauso de la catorcena: A los vecinos del Fraccionamiento Valle de los Sauces (Casas GEO). Por fin después de años de peregrinar, sufrir, rogar, exigir, bloquear, etc., en días pasados la CFE les instaló el servicio de energía eléctrica. La ayuda del alcalde Roberto Téllez, fue factor determinante para que este hecho se consumara. Los votos de este fraccionamiento ya tienen destinatario.

 

El abucheo de la catorcena: A quien autoriza el mercado de autos en la Plaza Cívica “Lic. Isidro Fabela”. No conformes con dejar que las banquetas ya sean extensiones comerciales y NO PEATONALES, ahora denigran de esa manera el corazón social, cultural y político de Atlacomulco. Recuerden, prometieron ser diferentes y sólo les queda un año para demostrarlo.

 

El beneficio de la duda: ¿Cuánto tardarán en romper los acuerdos políticos a los que llegaron los aspirantes del PRI y los de Morena? ¿A qué hora llegarán las puñaladas por la espalda para alcanzar la tan soñada candidatura?

 

 

Lo decente y lo indecente

 

Gran revuelo causó en distintos sectores de la política que algunos delegados del PRI, en distintos municipios, decidieran renunciar a este cargo para, eventualmente, buscar la oportunidad de ser tomados en cuenta dentro del próximo proceso electoral.

 

En la región, fueron dos las personas que destacaron en éste proceso. Patricia Garduño Monroy en Atlacomulco y Rogelio Garnica Zaldívar, de El Oro. Por cierto, en otros medios de comunicación esto generó desconcierto, dándolos, inclusive, como candidatos seguros por las alcaldías  en los sitios mencionados, hecho que, por supuesto, aún no se define.

 

Ahora bien, que ambos hayan tomado esa decisión es un asunto estrictamente personal, pero habla de que, al menos, no van a utilizar el puesto que ostentaban para generar apoyos a favor.

 

Si bien es verdad que esto es un asunto de puertas adentro para el priismo, al menos queda como detalle que, al día de hoy, existen servidores públicos que mantienen la misma aspiración, pero que no se deciden a dejar a un lado las quincenas seguras que esto representa. 

 

Cada quien vive su vida como mejor le parece, mientras no vulnere los derechos de terceros. Cada quien decide qué es lo conveniente en su futuro y su existir. Pero también, como una forma de demostrar congruencia ante lo que es un evidente conflicto de interés, valdría la pena que, si se busca un puesto de elección popular, existiera el decoro de renunciar a un puesto de poder.

 

Obviamente, no va a suceder, pero eso no quita lo indecente que es a ojos vistos. 

 

Morena no ganará sólo con la camiseta 

 

A efectos prácticos, el Movimiento Regeneración Nacional no es ni la mitad de lo era en el 2018; pero, en este caso, sucede algo similar a aquello donde todo mundo sabe las infidelidades de una persona, menos su pareja.

 

Los integrantes de Morena –no todos, por supuesto, pero sí la gran mayoría- no se dan cuenta de que el panorama político ahora, y en lo que resta hasta la elección del próximo 6 de junio, es contra corriente.  Es luchar contra aquello que no han realizado y las regadas que han cometido.

 

Y veo.

 

Veo a una Teresa Marú Mejía haciendo desfiguros –básicamente, es lo único que ha hecho como diputada federal-, presumiendo que por ella votaron casi 100 mil electores, lo cual es totalmente falso, porque, estrictamente por ella, quizá votaron–en estos casos nunca se pueden hacer afirmaciones- sus familiares y tal vez sus amigos (si es que los tiene). 

 

Pero la realidad es que la mayoría de los que decidieron darle el voto a su candidatura, lo hicieron por lo que representaba el partido del que se benefició, es decir, Morena, con 76 mil 389; porque por el partido que la abanderó, es decir el PT, sólo recibió 13 mil 449. 

 

Eso es sintomático, por supuesto.

 

Hoy, la multitud de aspirantes por la candidatura de Morena creen que se repetirá lo que ocurrió en el 2018. Suponen que el electorado saldrá en masa a darle su respaldo al partido guinda, como si no hubiera sufrido el desgaste de ser gobierno y de los disparates cotidianos que el presidente López Obrador repite una y otra vez.   

 

Es que, siendo sinceros, a dos años de su gobierno no hay ninguna diferencia de fondo con lo que vivimos durante el sexenio pasado. Cero crecimiento económico –y eso ocurría antes de la pandemia, no lo olvidemos-, cero oportunidades laborales, y el mismo o menos dinero en la bolsa de los ciudadanos. 

 

El efecto AMLO se ha esfumado, mientras que la hipotética lucha contra la corrupción, es asunto más de parafernalia que de justicia. 

 

Pues bien, aquí en Atlacomulco esto no es un asunto menor, porque el PRI intentará –con todo- volver a encabezar el gobierno local. ¿Cómo pretende Morena resistirlo? 

 

Teniendo en cuenta que ya no existirá una figura a nivel federal que pueda influenciar en los votantes, siendo honesto creo que sólo hay dos personas que pueden competir por el peso que tienen sus nombres: o es Nicolás Martínez o es Roberto Téllez.

 

Los demás, por muy buenas intenciones que tengan, la realidad es que no les alcanza. 

 

Veamos los casos de manera particular. 

 

La regidora Laura Félix tiene el control del Valle de San Juan, es cierto, pero no es suficiente para poder exigir que se le tome en cuenta –salvo que la candidatura recaiga en una mujer, por aquello de la paridad de género- a nivel municipal, porque en zonas como San Lorenzo Tlacotepec o Santiago Acutzilapan, su influencia es mínima y el reconocimiento social, escaso.

 

Fernando Correa es otro de los que levantan la mano, pero, a fuerza de ser sincero, no cuenta con una sola cualidad como para que eso se traduzca en una candidatura. Su mayor mérito -y eso es algo que repite una y otra vez- es haberle sido fiel a López Obrador durante décadas, pero…así como él hay millones.

 

De pasado priista, César Hernández Cépeda es un personaje inteligente y preparado –eso no lo discuto-, no obstante, en este momento, es complicado que pudiera conseguir una candidatura en vista de que no cuenta con el arraigo social necesario entre los izquierdistas. La barrera generacional es otro de sus problemas, teniendo en cuenta que, en función del tiempo, hay quienes tienen más méritos. Será interesante ver lo que ocurre con él a futuro…

 

Eso nos deja, como se mencionó anteriormente, con sólo dos opciones con el mismo peso político en este momento. La ventaja de Nicolás Martínez es que, a su activismo social pasado y presente, que le brinda reconocimiento en todo el municipio, se une el beneficio de la duda. A él, no se le puede juzgar como servidor público.

 

Por su parte, Roberto Téllez no tiene esas facilidades. De él ya podemos emitir juicios y no todos buenos. Hay carencias y promesas incumplidas. El asunto del retiro de parquímetros y las fallidas ampliaciones de vialidades lo perseguirán todos estos meses. Pero, a su favor tiene la resolución exitosa en el problema de abastecimiento eléctrico para los vecinos en Casa Geo. Es un almacén de votos.

 

Además, caramba, es el alcalde y eso no es cosa menor; porque cuenta con el control político del municipio. 

 

Ya se verá, entonces, si Morena quiere sobrevivir al 2021. Si lo logra, no será con el poder de un logo o la fama de AMLO; sino gracias a una buena decisión en elegir a su candidato. 

 

Y eso sin olvidar que mucha –pero mucha gente- francamente está decepcionada de este partido que no ha hecho nada que no hubiera realizado su espejo, el PRI.

 

A propósito: El PRI de Atlacomulco tiene una ventaja sobre Morena de la que no todos se han percatado. Comité Municipal tricolor sólo hay uno. Comités de Morena, demasiados. Eso habla de la profunda fragmentación que ahí se vive… 

 

CEMENTERIOS DE LIBROS

 

 

“Retirado en la paz de estos desiertos,  Con pocos, pero doctos libros juntos,   Vivo en conversación con los difuntos .  Y escucho con mis ojos a los muertos”  Francisco de Quevedo

 

 

Las bibliotecas más bellas del mundo, tales como la del Trinity College en Irlanda, la del Monasterio del Escorial en España, la Apostólica Vaticana o la Clementinum en Praga, aparecieron en una revista de arquitectura  (https://www.revistaad.es/arquitectura/galerias/bibliotecas-bellas/9752/image/653080). Entre ellas está la Biblioteca José Vasconcelos en la Ciudad de México y yo agregaría la Biblioteca Palafoxiana en la Ciudad de Puebla (http://en.palafoxiana.com). Son obras maestras de la arquitectura, pero también almacenes de sabiduría de la humanidad.

 

Sin embargo, ver estas inmensas naves de libreros, sin personas hojeando sus textos, me hace pensar en ellas como cementerios de libros. Obras que nadie consulta, que nadie lee, son libros muertos. De lo que se trata es que estén vivos, pero ello solo se logra si hay lectores para, como dice Quevedo, conversar con los difuntos y escuchar con los ojos a los muertos. 

 

Las bibliotecas depositan la sabiduría, ideas, creaciones y conocimientos de incontables autores y se hicieron para que un bien escaso, los libros, estuvieran disponibles a un amplio público. También los edificios que las contienen son espacios de remanso para aprender, meditar y semillero de nuevos libros.

 

Para los regímenes totalitarios y para los fanáticos intolerantes, las bibliotecas han sido siempre peligrosas, lo que ha ocasionado su destrucción a lo largo de la historia. Por ejemplo, la destrucción de la biblioteca de Alejandría, la de la Universidad de Lovaina a manos de los nazis o la Biblioteca Nacional en Irak durante la reciente invasión estadounidense a ese país.

 

En el caso de México, durante la Guerra de Reforma hubo una gran destrucción de bibliotecas conventuales a manos de las huestes liberales. Entre ellas, la del convento de San Francisco con 16,000 libros destruidos, la del convento de San Agustín y la del convento del Carmen en San Ángel, todas ellas en la Ciudad de México. Se estima que se perdieron alrededor de 100,000 libros y manuscritos por la destrucción que sufrieron todas las bibliotecas conventuales. (https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_destroyed_libraries)

 

El libro ha sido durante siglos el formato favorito para la transmisión de conocimientos, creaciones literarias, ideas, reflexiones, doctrinas y entretenimiento. Los textos de menor extensión como artículos, cartas o poemas que se redactan en pocas hojas, han podido sobrevivir gracias a que se reúnen bajo el formato de un libro. A su vez, una forma de que sobrevivan los libros es almacenarlos en bibliotecas.

 

La revolución digital ha traído un cambio enorme en el medio de almacenamiento de textos, desplazando paulatinamente al papel.  Afortunadamente, grandes bibliotecas se han ido digitalizando y ahora están disponibles vía internet. Allí está también el enorme proyecto de Google Books con 25 millones de libros escaneados. 

 

Los medios digitales han contribuido a preservar las grandes bibliotecas de papel, pero también están saturados de basura. Redes sociales, blogs, revistas y periódicos efímeros de dudosa calidad, o bien, entretenimientos instantáneos, pornografía, juegos y otro tipo de pasatiempos, ensucian el ciberespacio. 

 

Ante esta inundación de basura intelectual, los libros, en su mayor parte, representan un esfuerzo por parte de sus autores para expresarse con mayor rigurosidad que otros formatos y por ello siguen siendo un medio más o menos confiable para obtener información, ideas y creaciones dignas de accederse.

 

Con los nuevos medios electrónicos, los libros también han entrado al formato digital y el futuro de las bibliotecas se estará bifurcando entre grandes almacenes de papel y depósitos contenidos en unos pocos centímetros cúbicos de electrónica.

 

Lo que no debemos permitir es que esos libros, que son la memoria y el conocimiento de la humanidad, se pierdan en esos grandes depósitos, sino que se conviertan en fuente viva de ideas y no en cementerio de estas.

 

Si antes había que vigilar que los libros no fueran quemados, hoy debemos cuidar que no se conviertan en letra muerta por falta de acceso. Las bibliotecas edificadas   seguirán siendo obras arquitectónicas disfrutables por muchas personas, pero habremos de transitar hacia las bibliotecas electrónicas y así tendrán acceso un mayor número de lectores. 

 

Imaginen qué país sería el nuestro si en lugar de una biblioteca municipal con algunos miles de libros de papel a la que muy pocos acuden (Además, hay muy pocas), a cada niño se le entregara una biblioteca digital en una tableta electrónica con acceso a decenas de miles de libros y se les orientara y fomentara el interés por la lectura. 

 

 Es importante que se vayan digitalizando y dando acceso abierto a esos enormes acervos hoy enterrados en bibliotecas de papel, para que sus contenidos revivan el diálogo entre lectores presentes y autores ausentes por la distancia o por la muerte y dejen de ser cementerios de libros.

 

 

HOGUERA

 

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, 

el más asombroso es el libro;  todos los demás son extensiones de su cuerpo… 

sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.

Jorge Luis Borges

 

 

El  12 de julio de 1562, en Maní, hoy Yucatán, el sacerdote Diego de Landa ordenó quemar códices mayas, así como algunos objetos religiosos, en el llamado Auto de fe de Maní.  Escribe al respecto de Landa: “Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos”.  

 

El 30 de abril de 1939, apenas concluida la guerra civil española, se celebró en el patio de la Universidad Central de Madrid un acto en el que se hizo la quema simbólica de los libros que durante el dominio rojo “sirvieron para corromper y engañar a las juventudes de la llamada Universidad Popular”, a decir del diario ABC.  Se condenó a la pira a los libros “perniciosos y envenenadores del alma popular”  pero también miles de ejemplares de obras de Blasco IbáñezOrtegaBarojaUnamuno... En resumen, cualquiera que no exaltara los estrechos y excluyentes valores morales del nacionalcatolicismo.

 

El 10 de mayo de 1933, en la Opernplatz de Berlín, se quemaron miles de libros que, de acuerdo al líder estudiantil Herbert Gutjahr, iban contra el espíritu alemán.  Obras de autores como Heinrich Mann, Remarque o Heine fueron consumidos por las llamas por contener un ideario “nocivo” para Alemania o bien porque sus autores eran considerados enemigos de los nazis.  Entre estos autores se incluía a socialistas, comunistas, pacifistas y, desde luego, a judíos.

 

En abril de 1976, bajo el recientemente instaurado régimen militar en la Argentina, por órdenes del general de división Luciano Benjamín Menéndez se realizó una quema colectiva de libros, entre los que se encontraban obras de Proust, García Márquez, Cortázar, Neruda, Vargas Llosa, Saint-Exupéry y Galeano “a fin de que no quede ninguna parte de estos libros… para que con este material no se siga engañando a nuestros hijos” –dijo Menéndez; y agregó: “De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina”.

 

El 13 de noviembre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador atacó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que recientemente obtuvo el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades y a su director por más de tres décadas, el polémico ex rector de la UdeG, Raúl Padilla López.  Dijo AMLO con su muy particular sintaxis: “Fíjense, la Feria del Libro de Guadalajara, las últimas, dedicadas en contra de nosotros, pero no sólo eso, porque traen a Vargas Llosa, ahí Aguilar Camín y todos ellos, Krauze”.

 

Respecto al discurso de Padilla al recibir el premio, en el que llamó a defender la libertad de imprenta de los gobiernos populistas que amenazan la herencia y arriesgan la democracia, el presidente mexicano se lanzó con todo: “…es la decadencia, pero no solo de México, de las universidades, de la intelectualidad, de los que otorgan estos premios”.  Con esto arrasó parejo contra 43 pensadores españoles de diversas disciplinas e ideologías, mismos que en años recientes han galardonado con el mismo premio a figuras e instituciones de tanto prestigio como El Museo del Prado; la periodista, escritora y bailarina mexicana Alma Guillermoprieto; el grupo de humoristas argentinos Les Luthiers; el reportero estadounidense James Nachtwey; el caricaturista argentino, padre de Mafalda, Joaquín Lavado “Quino”, entre muchos otros.

 

Molesta también a López Obrador la cercanía del gobernador jalisciense Enrique Alfaro (quien le ha plantado cara varias veces) con el director Padilla.  Al respecto, AMLO dice: “Él pertenece a este bloque de conservadores, él se lleva muy bien con el líder de la Universidad de Guadalajara, un líder histórico, Padilla”  (quizá ignora el presidente que Alfaro y Padilla limaron asperezas en pro de trabajar juntos por el bien de su entidad).  Y encargó a los reporteros (supongo que a su banda de lamesuelas, no a periodistas serios) que hagan “una investigación desde cuándo manda este señor en la Universidad de Guadalajara”.   

 

Yo le contesto rápido: Raúl Padilla fue rector de la UDG de 1989 a 1995. Antes de ello ya había creado el hoy llamado Festival Internacional de Cine de Guadalajara y la Feria Internacional del Libro, dos eventos de trascendencia internacional.  Ha sido galardonado con la Orden de Isabel la Católica, la Cruz de San Jordi, la Orden de la Legión de Honor de Francia, entre otras distinciones.  Actualmente preside más de una decena de consejos y patronatos relacionados con la cultura y todo el mundo sabe que “El Licenciado” –como le llaman en Guadalajara- es amo y señor de la máxima casa de estudios de Jalisco, con todo lo bueno y todo lo oscuro que esto representa.  Padilla se trata de tú a tú con los grandes factores de las artes y la cultura en todo el mundo –terreno en  el que AMLO nunca ha puesto un pie- y ni sus más acérrimos enemigos –que los tiene en gran cantidad- pueden regatear la enorme valía de las aportaciones de Padilla a nuestro país en este rubro.

 

Probablemente, en su profunda ignorancia –que camina a la par de su enorme soberbia, su obsesivo interés por dividir a los mexicanos y su manía de culpar a otros de su supina incapacidad- López Obrador desconoce casi todo acerca de la FIL.  Aquí van unos datos, aunque deberemos tomar en cuenta que este año no habrá una feria física, sino que sólo será virtual:

 

La FIL es la mayor feria de libros de habla hispana y la segunda más importante del mundo; asisten anualmente cerca de 2,500 editoriales de unos cincuenta países.

 

Recibe alrededor de 20,000 profesionales de la industria editorial, de prácticamente todo el orbe, que realizan transacciones por varios cientos de millones de dólares.

 

Es visitada por más de 800,000 personas en sus 9 días de duración, de los cuales cerca de 200,000 son niños, para quienes se destina un área especial.

 

Se acreditan más de 3,000 representantes de prensa nacional y extranjera de 500 medios diferentes, que cubren las 600 presentaciones de libros, 250 foros literarios, 120 actividades artísticas y más de 200 actividades para profesionales.

 

La FIL deja una derrama económica de $330 millones de dólares, anualmente.

 

¡Ah! y no sólo es autosuficiente, sino que deja una considerable ganancia a la Universidad.

 

Eso en cuanto a números, pero lo más importante es la pluralidad ideológica que se congrega en la FIL.   Cada año, desde 1993, la feria tiene un invitado de honor, que puede ser un país o región del mundo. Colombia, Brasil, España, Cataluña, Andalucía, Chile, Los Ángeles, Quebec, Castilla y León, Perú, Cuba, Portugal e Israel, son algunos de ellos; estos invitados traen consigo muestras representativas de su literatura y de otras expresiones artísticas.

 

El Premio FIL de literatura en lenguas romances se ha entregado a 25 destacados escritores contemporáneos de 15 países, sin importar sus posiciones políticas.  Ejemplos: Arreola, Monsivaís, García Ponce y Margo Glantz, de México; Nicanor Parra, de Chile; Eliseo Diego, de Cuba; Olga Orozco y Juan Gelman, de Argentina y un largo etcétera.

 

Bajo el techo de la FIL han estado presentes docenas de Premios Nobel, no sólo de literatura, sino de química, como el mexicano Mario Molina; física, como George Smoot o de la paz, como el ex primer ministro y ex presidente de Israel, Shimón Peres; y desde luego, los latinos Vargas Llosa, Saramago y García Márquez.  Pero también la FIL ha recibido a personajes controvertidos como el británico Salman Rushdie, condenado a muerte por el gobierno islámico de Irán; a José Mujica, otrora guerrillero, exiliado político y ex presidente del Uruguay;  el sacerdote y escritor revolucionario nicaragüense Ernesto Cardenal; el ex comandante de las FARC, Rodrigo Londoño; la activista guatemalteca –también Premio Nobel- Rigoberta Menchú o el ex militante del Partido Comunista Mexicano, el escritor chiapaneco Eraclio Zepeda; por no hablar de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, pioneros en la apertura democrática de México.

 

Finalizo mi lista con uno de los cachorros consentidos de la 4T, el nacionalizado mexicano Paco Ignacio Taibo II, hijo de refugiados españoles, de esos que tanto aportaron a la cultura de nuestro país y nombrado a contracorriente director del Fondo de Cultura Económica.  Yo recuerdo bien a ese tipejo, el 24 de noviembre de 2018, en la terraza del stand de Editorial Planeta, sentado con aires de gran señor (en realidad un patán), fumando en un recinto con millones de libros donde, evidentemente, está estrictamente prohibido hacerlo.  Unos días después, Taibo confirmaría su fineza en ese mismo evento, cuando haciendo alarde de que se modificaría la ley a su medida para que pudiese ocupar su puesto en el FCE, pronunció su célebre frase: “Se las metimos doblada, camaradas”.   Quizás es en el propio Taibo en quien AMLO piensa para dirigir a la FIL; o probablemente tiene una mejor idea: desaparecerla para siempre, para continuar con el desmantelamiento del país, que tan bien le sale.

 

PS. El día de la publicación de este artículo, estará concluyendo la 34ª edición de la FIL (en esta ocasión de manera virtual y por primera vez en muchos años, con números rojos). 

 

Guadalajara, Jalisco, noviembre 24, 2020.

 

RUPTURA DEL PACTO FEDERAL: ALIANZA FEDERALISTA

 

El 26 de octubre del año en curso, los 10 mandatarios estatales que integran la coalición opositora denominada Alianza Federalista, le mandaron un mensaje al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, a través del cual le expresaron que “romperían con el pacto federal si el Gobierno central no atiende el recorte al presupuesto, la falta de respeto y comunicación con las entidades”. El acontecimiento ha vuelto a poner en la agenda pública nacional un viejo problema estructural de nuestro federalismo: la recaudación fiscal y la distribución de los recursos tributarios de la Federación hacia las entidades federativas.

 

Lo anterior me motiva a exponer a mis lectores algunas consideraciones y sugerencias sobre el tema en cuestión.

 

Al igual que sucede con otros conceptos relacionados con la democracia, en torno al federalismo existen diversas acepciones, para Robert A. Dahl, “el federalismo es un sistema en el cual algunos problemas están exclusivamente dentro de la competencia de ciertas unidades locales –cantones, estados y provincias-, las cuales están constitucionalmente más allá del alcance del gobierno nacional y en donde también otros problemas se encuentran constitucionalmente fuera del ámbito de la autoridad de unidades más pequeñas”.

 

Para el politólogo Tonatiuh Guillén López, “el federalismo es un sistema cuya flexibilidad inherente le permite adaptarse a las nuevas circunstancias que presenta la globalización y cuya tendencia a la democracia lo hace un modelo de organización política vigente”.  El Dr. Guillén López, sostiene que un estado federal se encuentra en un proceso permanente de constitución por naturaleza, que supera el momento en que fue fundado por las partes federadas que lo integran.

 

A partir de considerar varios de los elementos que el politólogo Alfred C. Stepan vincula con los sistemas federalistas, y retomando lo que al respecto señalan otros teóricos, podemos concebir el federalismo como un sistema político integrado por estados, departamentos o provincias, libres y soberanos en su régimen interior pero unidos en una federación bajo los principios y reglamentación de una Ley Fundamental, denominada generalmente Constitución, cuya misión es mantener y robustecer la unidad y la soberanía nacional, la integración del territorio, promover la participación social y trabajar en favor de un desarrollo nacional integral, equilibrado, equitativo y sustentable.

 

Para el caso de nuestro país, el sustento jurídico del sistema federalista lo encontramos en los artículos 40 y 41 de la Constitución General de la República, los cuales establecen lo siguiente: 

 

Artículo 40. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental. 

 

Artículo 41. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.

 

Por lo que respecta a los criterios técnicos -fórmulas- con los que la Federación lleva a cabo la distribución de los recursos presupuestales a las entidades federativas, éstos están puntualmente establecidos en la Ley de Coordinación Fiscal, la cual “tiene por objeto coordinar el sistema fiscal de la Federación con las entidades federativas, así como con los municipios y demarcaciones territoriales, para establecer la participación que corresponda a sus haciendas públicas en los ingresos federales; distribuir entre ellos dichas participaciones; fijar reglas de colaboración administrativa entre las diversas autoridades fiscales; constituir los organismos en materia de coordinación fiscal y dar las bases de su organización y funcionamiento”.

 

A partir de lo anterior, nos parece que la inconformidad de los gobernadores de: Jalisco, Nuevo León, Chihuahua, Guanajuato, Tamaulipas, Coahuila, Michoacán, Durango, Colima y Aguascalientes, en torno al “recorte” en el presupuesto por parte de la Federación, debe resolverse por la vía política y/o jurídica, dejando a un lado intimidaciones, poses exhibicionistas y expresiones de fuerza -a ver quién las pueda más.

 

El Ejecutivo Federal y gobernadores nunca deben olvidar que el federalismo ha sido, es y debe seguir siendo el instrumento de nuestra unidad nacional. Por lo que para dirimir las diferencias se debe echar mano de la política, en los términos en que fue concebida por Don Jesús Reyes Heroles, “como una acción conciliadora de opuestos”. “Posición y oposición no son términos irreductibles ni irreconciliables sino complementarios”, enfatizaba.

 

En el diálogo político que se propone para resolver las diferencias en torno a la distribución del presupuesto para el ejercicio 2021, no deberá soslayarse, que como acertadamente lo calificó Roberto Ortega Lomelín, nuestro federalismo es “cooperativo, basado en principios de corresponsabilidad, solidaridad y equidad”, que desde la perspectiva del Gobierno de la República, están siempre presentes las diferencias que en materia de recaudación tributaria existen entre el Estado de México, Nuevo León y Jalisco por un lado y Guerrero, Oaxaca y Zacatecas por otro.

 

Pero simultáneamente considerar prioridades en la asignación del gasto público, con el fin de promover la ejecución de obras, proyectos y acciones que le permitan incidir en un desarrollo nacional integral, equilibrado, equitativo y sustentable, que es en resumen el objetivo superior de un federalismo democrático. Sin soslayar que existen grupos de población que, por sus condiciones de vulnerabilidad, requieren atención asistencial, mediante el otorgamiento de apoyos que les permitan mitigar las condiciones de pobreza y marginación en que subsisten, más aún cuando a consecuencia de la pandemia del COVID-19 en nuestro país, los índices de personas en situación de pobreza se han incrementado.

 

Lo anterior, en estricta observancia a lo mandatado por nuestra Carta Magna, en el sentido de que “Corresponde al Estado -representado por el Gobierno de la República- la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales

 

La otra vía para superar este bochornoso episodio, es la jurídica, que las instancias competentes analicen el marco normativo que regula la asignación y distribución de los recursos de la hacienda pública y determine si el Gobierno Federal está incurriendo en acciones que lesionan los derechos fiscales de los estados en conflicto. Que en estricto apego al Estado de derecho vigente se dirima el problema, sin alebrestar intereses de otra naturaleza -como la intención de llevar sus demandas de un nuevo federalismo fiscal hasta las urnas electorales, mediante una alianza de facto, políticamente cuestionable.