Comenzamos el último mes del año y, con ello, también se inicia el momento en que los partidos políticos en todo el Estado de México ponen sobre la mesa –de manera interna, nunca al público en general- cuáles son sus cartas y posibles enroques.

 

El objetivo común, por supuesto, son alcaldías y diputaciones (locales y federales). En resumen, es el poder lo que se busca, así como la capacidad de decidir el futuro de la ciudadanía a partir del 2021 y 2022.

 

Aquí, en Atlacomulco, tenemos particularidades muy interesantes. De hecho, este es uno de los puntos emblemáticos a nivel estatal. Si ganar una alcaldía ya de por sí es un hecho que viste, hacerlo en Atlacomulco tiene un plus. 

 

Es triunfar en la –hasta ahora- insignia del poder.

 

Por ello, vamos a analizar cómo llegan los partidos municipales al final de este 2020. 

 

Veamos fortalezas y debilidades.  

 

Partidos, entre el descrédito y la esperanza

 

 

Una característica de los sistemas democráticos, es que estos se encuentran marcados por la competencia política. Se supone –y se recalca el “se supone”- que los diferentes sectores de la ciudadanía están representados en las diversas corrientes políticas. Aún más, quienes no se consideran representados por ellos, tienen la opción de los candidatos independientes.

 

 

Sin embargo, en Atlacomulco, las candidaturas independientes no se han desarrollado con fuerza y, al menos hasta este momento, tampoco se observa que alguien, sin depender de las siglas de un partido, pueda competir y, eventualmente, triunfar.  

 

 

Eso reduce nuestro escenario a las organizaciones políticas clásicas, mismas de las que conocemos el nombre: PAN, Morena, PRI, PT, PES, Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano, PRD, Nueva Alianza, a los cuales se suman partidos de nuevo cuño como Redes Sociales Progresistas y Fuerza Social por México. 

 

 

Pero, hablando con honestidad, no es poco el desánimo y la decepción que, por vía de sus omisiones, y por los delitos cometidos entre sus miembros; generan entre los electores. 

 

 

Un buen número de votantes se sienten en la orfandad, habida cuenta de que, a cuál más, a cuál menos, todos tienen deudas pendientes con la sociedad.

 

 

¿Vivimos una crisis de confianza partidista? La realidad es que sí, y que ésta se extiende por décadas. Desde inicios del nuevo siglo, cuando se suponía que la llegada del PAN mostraría todo lo malo que el PRI había hecho y se establecerían diferencias claras. 

 

 

No fue así.

 

 

Hoy, cuando a lo largo del siglo hemos tenido gobiernos federales priistas, panistas y morenistas, sigue pendiente la verdadera diferencia a favor de la ciudadanía. Sigue sin llegar una verdadera justicia social.

 

 

Y eso, nadie lo puede discutir. 

 

 

PAN Atlacomulco. El riesgo de diluirse

 

 

En Atlacomulco, Acción Nacional tiene unos contrastes brutales. Forma parte de la segunda fuerza política nacional –la primera, lo sabemos, es Morena-, pero a nivel municipal no termina de cohesionar y, tal parece, no tendrá tiempo de presentar algo novedoso con miras a la próxima elección.

 

Naufragando entre un presunto elitismo y su falta de reconocimiento en la base social, para el panismo atlacomulquense han existido mejores épocas. Si bien es cierto que nunca ha tenido la oportunidad real de triunfar, durante mucho tiempo lograron colar un par de regidores en distintos ayuntamientos.  

 

 

La mejor muestra de la realidad panista es que, hoy, apenas logró ocupar un espacio dentro del Cabildo, en la persona del regidor David Alejandro Castro García, el cual, por esa misma condición, podría encabezar una eventual candidatura por el blanquiazul. 

 

 

Sin embargo, hace falta mucho –en verdad mucho- más para que este partido enraíce en Atlacomulco. Algo pasa con el panismo que no termina por entusiasmar al electorado. Quizá sea su falta de figuras de peso. Quizá sea la falta de consenso entre sus propios líderes, que ha terminado por convertirse en tema público. 

 

 

 

Ahora bien, en los corrillos de la política se ha manejado la especie, no desmentida, de que el ex alcalde Fidel Almanza Monroy ha tenido acercamiento con el panismo local, ofreciendo una alianza en la que ambos, supuestamente, salen beneficiados: el PAN por fin tendría un candidato de peso, mientras que Almanza lograría un escaparate para él y su grupo político, luego de que dentro del priismo ha pasado su mejor momento. 

 

 

Pero, en caso de que esto se concretara, habría que luchar con el pasado del ex presidente, los señalamientos populares que sobre él pesan, el descontento de ser quien autorizó la instalación de los parquímetros en las calles –con sus buenos y malos resultados-, y su actuar como parte de los diputados que aprobaron la Reforma Energética que, hoy en día, está en el completo descrédito.

 

 

Demasiado con qué lidiar porque, a efectos prácticos, eso sólo serviría para que todos los que no simpatizan ni con el PRI ni con el PAN encuentren un punto para demostrar que, a final de cuentas, ambos institutos son lo mismo y juegan con los mismos intereses.

 

 

El tan mencionado PRIAN. 

 

 

PRI Atlacomulco. La crisis que no termina

 

 

Fueron décadas las que el Revolucionario Institucional se presentó a elecciones en Atlacomulco a sabiendas de que iba a triunfar. Era como un juego del que se sabía el resultado con meses de anticipación. Quien fuera designado candidata o candidato, en ese mismo momento recibía la certeza de que se convertiría en el próximo dirigente de Atlacomulco.

 

Entonces llegó el 1 de julio de 2018.

 

 

El PRI atlacomulquense pasó de ser un paradigma del éxito, a una suerte de refugio para nostálgicos. También, para su mala suerte, esa noche pagaron el principal pecado que los llevó a la condición que hoy viven: la soberbia de creerse invencibles fue el principal factor que no les permitió enderezar el camino…si es que eso aún era posible. 

 

 

No obstante, el PRI sigue siendo un competidor de primera clase. Es, junto a Morena, los dos únicos partidos que al cierre de este 2020 tiene posibilidades reales de triunfo. No es un asunto menor si tomamos en cuenta que hace apenas un año se le daba por muerto y enterrado. 

 

 

¿Cuáles son las condiciones reales del priismo actual? En lo inmediato, tiene en el horizonte una designación para su candidata o candidato que puede dejar bastantes lastimados, porque en este momento son demasiados los personajes que desean ocupar este espacio. 

 

 

Pero, más allá de su número, en varios de ellos el asunto reviste un especial interés por pasar a la historia como aquel candidato o candidata que logró la reconquista del poder municipal. Puede parecer un motivo frívolo y bastante básico, pero así se manejan esas cuestiones y la condición humana no se puede desligar de la política.

 

 

Ahora bien, en la pelea por un espacio se barajan nombres como Patricia Garduño, Francisco Pascual, Rigoberto López, Eblem Israde, Héctor Cárdenas, Cecilio Nicolás y Noé Becerril.

 

 

Situando este análisis en la simple objetividad, es obvio que condiciones reales de ser tomados en cuenta sólo las tienen Patricia Garduño Monroy –por sus relaciones familiares, cargos dentro del partido y trabajo político-, Cecilio Nicolás Mateo –con experiencia en el Gobierno Federal y alianzas entre distintos sectores del priismo-, y Noé Becerril Colín –ex alcalde y con cargos dentro del gobierno estatal-; ya que los demás tienen menor apoyo o experiencia.

 

 

Ligeramente por debajo de ellos, Francisco Pascual también cuenta con posibilidades de resultar favorecido. En su caso tiene dentro de su currículo el haber sido regidor, secretario particular de la ex alcaldesa Marisol Arias Flores y distintos cargos dentro del gobierno estatal, varios de ellos orientados al sector de los pueblos originarios.  

 

 

Rezagados se encuentran Héctor Cárdenas, con todo y ser el actual dirigente del PRI Atlacomulco, ya que no tiene la experiencia ni los apoyos sociales a nivel militancia, Rigoberto López, quien basa sus apoyos en su entorno inmediato, y Eblem Israde el cual carga con la sombra de ser hechura política de Fidel Almanza, lo cual no es conveniente en este momento. 

 

 

Pero, si al interior tienen problemas, aún resta por resolver el profundo rechazo a lo que significa el tricolor entre varios de los votantes sin partido político, sobre todo con los recientes acontecimientos entre figuras del peñismo, como Rosario Robles o Luis Videgaray.

 

 

Algo que no hará más que crecer en estos meses y que, guste o no, tendrá incidencia directa en la elección local. 

 

 

 PRD Atlacomulco. Un cascarón vacío

 

 

Más allá de las preferencias políticas, lo que ocurre con el PRD Atlacomulco es una desgracia en términos de opciones ciudadanas.

 

 

Nacido en este municipio como una opción real para todos aquellos que, en su momento, no se sentían representados por el priismo o el panismo, hoy no es ni la sombra de lo que en su momento fue.

 

 

Y no es que tuviera, en alguna ocasión, la posibilidad de haber triunfado en los comicios locales. No. Pero, en más de una ocasión, evidenció todo aquello que el priismo local hacía mal sin tener un contrapeso político.

 

 

Sin embargo, como un reflejo de lo que sucedía a nivel nacional, el PRD se consumió entre el sectarismo y los intereses de distintos grupos. La división interna llegó a tales niveles, que el peor enemigo de un perredista… ¡era otro perredista!  

 

 

Demolido desde dentro, hoy el PRD no tiene un elemento visible que pueda, ya no ganar, sino competir dentro de la próxima elección del 2021. 

 

 

Por otra parte, en el mundo de las redes sociales es escaso el movimiento que páginas perredistas generan en Atlacomulco, lo cual sólo remarca la falta de interés que sus propios militantes tienen en mostrar su marca y generar opinión con respecto a ella. 

 

 

¿La salvación del PRD está en aliarse con el PAN como sucedió en el 2018? El problema es que esa unión no benefició a ninguno y sólo hizo más profundas las diferencias ideológicas que cada organización tiene.

 

 

Vaya futuro.

 

Morena, ¿lo coalición o la colisión?

 

 

A diferencia de los partidos que hemos analizado, mismos que hasta el momento no han definido si van en coalición o no, en el Movimiento Regeneración Nacional está cantadísimo que las alianzas son parte de su futuro. 

 

 

Para Morena hay una fila de partidos políticos que esperan subirse al carro del triunfador de la elección pasada. La lista incluye al PT y, recientemente, Nueva Alianza. 

 

 

Esto, en Atlacomulco, tiene ventajas como el apoyo que los militantes de esos partidos pueden darle para un eventual triunfo. Pero a ello también se suman desventajas, ya que, si se concretan estas coaliciones, eso le resta espacios a aquellos que se consideran izquierdistas “puros”, pues tendrían que compartir espacios en la planilla electoral con partidos que no necesariamente tienen esa característica.

 

 

Ahora bien, con Morena pasa, en estos momentos, lo mismo que ocurría con el PRI de los noventas y principio de los 2 mil; creen que cualquiera, sin importar quién sea el candidato, puede ganar. 

 

 

Y en eso están completamente equivocados. 

 

 

Al cierre de este 2020, Morena no pasa por su mejor momento ni nacional ni municipal, teniendo en cuenta que tanto el gobierno federal como el municipal arrastran carencias que no son fáciles de explicar. 

 

 

A esto se debe sumar que dentro de la eventual coalición son varios los nombres que se manejan y eso, para desgracia del proyecto, implica que no todos están dispuestos a acatar la decisión final porque no existe una dirigencia que se imponga por encima de los intereses personales.

 

Centrándonos en aquellos que hasta este momento han manifestado su intención de ser tomados en cuenta, o que se mantienen con las posibilidades de una candidatura, sin duda el primero en la lista es el actual presidente municipal, Roberto Téllez, en virtud de que en sus manos están el poder político y control electoral dentro de PT-Morena.

 

 

Por supuesto, de los eventuales aspirantes es el que cuenta con un mayor desgaste, ya que dos años en el ejercicio del poder han tenido como resultado que muchos de aquellos que en un momento lo respaldaron con su voto, hoy ya no se sientan representados por él.

 

 

Nicolás Martínez Romero es otro de los que mayor peso tienen a la hora de pelear una candidatura, ya que cuenta con un pasado izquierdista que puede rastrearse hasta finales del siglo pasado. Eso, a la vuelta del tiempo, le brinda un mayor reconocimiento, lo que le ha permitido crear una base de simpatizantes verdaderamente amplia en Atlacomulco.

 

 

Por su parte, aunque con menos peso político que los ya citados, la regidora Laura Félix González también mantiene viva su aspiración, hecho que da como resultado que, si la candidatura recayera en una mujer, prácticamente sería automático que ella fuera la designada.

 

 

Es aquí donde deseamos poner especial énfasis: la lucha real por la candidatura de Morena es desde este momento entre Nicolás Martínez y Roberto Téllez, salvo que este último decidiera buscar alguna diputación, sea federal o local. En caso de que no sea así, y que ambos se enfrenten por un mismo objetivo, sin que medie entre ellos la razón, puede haber muchos lastimados y volver aún más complicada la búsqueda de la victoria electoral.

 

Volviendo al tema de las alianzas con otros partidos políticos, aquí tenemos otro asunto que deberá resolverse lo mejor posible, ya que la disminución en el número de regidores aprobada en septiembre pasado disminuye la posibilidad de espacios para la clase política. 

 

Recordemos que en los municipios con menos de 150 mil habitantes –como es el caso de Atlacomulco- se aprobó reducir el cuerpo edilicio a sólo un presidente municipal, un síndico, cuatro regidores de mayoría relativa (es decir, del partido o coalición ganadora); así como tres regidores de representación proporcional.

 

 

En consecuencia, la coalición que arme Morena-PT-Nueva Alianza, tiene por sí misma el problema de la falta de espacio para todos aquellos que, desde este momento, ya sueñan con una regiduría que, de suyo, se ve bastante difícil conseguir. 

 

 

Como punto final a este apartado, también es necesario considerar que el Partido Encuentro Solidario puede jugar a favor de Morena sin estar juntos en una coalición formal, debido a que los partidos  con nuevo registro no pueden acceder a este tipo de acuerdos. Ello no ha sido obstáculo para que en más de una acasión el PES se haya dicho a favor de López Obrador, por lo que podría servir para restarle votos a otros partidos rivales de Morena, como es el caso del PRI.

 

 

 

Ahora bien, con la designación del atlacomulquense Isidro Pastor Medrado como líder del PES estatal, este partido tiene la posibilidad de maniobrar de forma individual en Atlacomulco teniendo en cuenta que Pastor Medrano maneja amplios apoyos sociales en el municipio.

 

 

De echo, corre la versión que si, en algún momento, Noé Becerril no fuera tomando en cuenta como candidato del PRI,  ya se esta buscando reclutarlo en Encuentro Solidadio dando un espacio para competir electoralmente. Hecho que también abre las puertas a Jorge Gómez y Adolfo Nuñez, cercanos ambos a Isidro Pastor.

 

 

Son los laberintos del poder que, como siempre, tienen más de una salida.

 

 

Partido Verde Atlacomulco. Un enigma

 

 

El Verde en este municipio ha tenido, durante los últimos meses, un repunte interesante en virtud de las personas que se han acercado a reforzar sus filas.  

 

 

De entre ellas, sin duda, quien mayor peso específico tiene es el ex presidente de Atlacomulco Juan Antonio Guzmán Sánchez, quien posee una estructura personal de simpatizantes que, si bien en este momento no le garantiza un triunfo, sí le da la posibilidad de competir en el ánimo de los electores.

 

Ese es uno de los puntos que quienes se encuentran dentro del Verde Ecologista deberían tener en cuenta desde este momento: el partido necesita más a Guzmán Sánchez de lo que él puede necesitar al Verde.

 

 

De cualquier modo, en segundo lugar, también ha levantado la mano Héctor Suárez Quintana, quien también proviene del PRI y ha estado buscando desde hace mucho tiempo la oportunidad de ser candidato a presidente de Atlacomulco. 

 

 

Si bien su deseo es legítimo, parece difícil que pueda superar a Juan Antonio Guzmán en materia de apoyo. Pero, en política, todo puede suceder. 

 

 

La primera del 2021

 

 

Una vez concluido este análisis sobre el cómo cierran los partidos políticos, estamos en la posibilidad de dar un avance sobre lo que es el futuro de d´interés.

 

 

Como ya es sabido, en este medio de comunicación se prioriza la información verificable y objetiva por encima de la propaganda hacia un determinado sector, sea público o privado. 

 

 

Pues bien, dentro de la primera edición que publiquemos en enero del 2021, el tema central será un sondeo ciudadano sobre las preferencias electorales hacia los partidos políticos en Atlacomulco.  

 

 

Desde este momento lo damos a conocer.

 

 

Obviamente, dicho sondeo se realizará de manera física, cara a cara con ciudadanos mayores de edad, que cuenten con credencial vigente del INE y que además externen su deseo de acudir a las urnas el próximo 6 de junio, lo cual es la mejor forma para dar un sentido real sobre la preferencia o aversión que generan los partidos en este municipio. No será una encuesta virtual que sirve para engañar bobos desesperados.

 

 

Qué mejor forma de iniciar el próximo año que con un ejercicio serio. Y que quien tenga oídos, que oiga.